martes, 27 de noviembre de 2012

Pintando poemas en Boedo!!!!!!!! La primera jornada de nuestro mural poético. CC La Imaginería. Poesía bajo la autopista. 25/11/2012

GRACIAS GITO MINORE.
GRACIAS POR TU ALMA INQUIETA Y PRODUCTIVA EN FAVOR DE LA POESÍA.
GRACIAS POR PERMITIRME ESTAR EN EL MURO.
GRACIAS POR LA FOTO.


 
 
 

lunes, 26 de noviembre de 2012

domingo, 4 de noviembre de 2012

PRESENTACIÓN DE "TERRESTRE" POEMARIO DE GUSTAVO TISOCCO EN "LOS SALIERI" 03/11/2012


TERRESTRE

DE
GUSTAVO TISOCCO

 PALABRAS DE ELISABET CINCOTTA
 

Todo libro de Gustavo es un festejo a la palabra. En este último libro, he encontrado a un poeta parado en un punto de madurez de la palabra donde avanza en un itinerario de vida, de su ser exterior e interior.

He sentido mientras lo leía la sutileza con que Gustavo expresa el itinerario de un hombre que posee todo aquel bagaje común a todos los hombres habitantes de este mundo, bagaje que se lleva, se disfruta, se duele, a veces pesa, otras trae luz.

Un poema primero marca desde ya al libro:

Me enseñaste las palabras/ que hoy escribo/ y me salvaste

Y es esto Terrestre un gran poema de vida con un texto último, legado de esta vida que como terrestre le toca vivir:

Si preguntan por mí digan siempre que defendí mis alas y mi cansancio

Poesía que estremece porque como siempre he dicho la palabra de Tisocco se hace propia, se transita desde él a uno-lector, que ha dolido circunstancias similares, es en ese punto donde aflora el sentimiento personal y uno-lector termina viviendo su propio trayecto.

La palabra de Gustavo nos deja el pensamiento inmerso en encontrarnos a nosotros mismos, es vida en poesía y por lo tanto bella.

Terrestre es un poemario que merece ser leído desde el sentimiento. Los invito a conmoverse con su palabra.

 

 
Elisabet Cincotta

EN LOS SALIERI 03/11/2012 CICLO LITERARIO-MUSICAL CONDUCIDO POR ELISABERT CINCOTTA-MARCELO LUNA-MARCELA SOMOZA






























EN BELISAMA 28/10/2012

















PRÓLOGO de "EN LA ESPERA Y OTROS POEMAS"
POR JORGE ESTRELLA

 
Un nuevo libro de Elisabet Cincotta es como decir una nueva rosa de un pródigo rosal. Examinamos la rosa nueva y ¿se parece a las otras?, sí, obviamente pero, hete aquí el milagro de la verdadera poesía porque, al abrirse por completo, uno descubre una rosa que es camelia, alelí, clavel, gladiolo, jazmín, orquídea, violeta. Es soledad, lluvia, relación con los otros, poesía, espejo, nombres, recuerdos, tango, muerte, mujer. Es un río de metáforas, un dechado de palabras que se entrelazan, es el juego virtuoso de verbos, adjetivos, sustantivos disfrazándose entre ellos no para confundir, sí para ir al fondo de la cuestión, a la esencia de las cosas. Lo dice la propia autora: “La escritura siempre va al fondo de la historia.” Esta flor sorprendente nos ubica en la espera y nos comienza diciendo que siempre hay alguien, alguien ligado al dolor, al misterio de la vida, ligado a lo más profundo del ser, a la incertidumbre, al tropiezo con la muerte. ¡Qué poemón! el IX de la serie “En la espera”, ese que empieza con: “Hablan por el celular” y termina con versos de antología:

“Ellos esperan hablando
quizás se aturden fingiendo
o
tal vez son sólo muertos desorientados.”

En este primer poema dividido en veinticinco partes parecen prevalecer el ahogo, la impotencia, lo sombrío. Sin embargo:


“alguna hilacha de luz se mece
en el suburbio de la espera.”
 
Poema que habla de lo universal que nos toca vivir, de ese gran dolor que es vivir. Pero también tiene esa cuota necesaria a todo hecho poético que es el misterio, el toque hermético necesario, ese decir que uno entiende naturalmente pero que también entiende por el mensaje de la no lógica. Dicen que no hay que usar adjetivos salvo que remitan a algo que no tiene nada que ver con el sustantivo al que acompañan. En esta espera plena de hallazgos nos encontramos con: “silencio indoloro”, “pentagrama incoloro”, “adoquín visceral”, “neuronas oscuras”, “cardíacos sonidos”.

Y este mundo de versos que no descienden jamás a lo prosaico hay algunas muestras de verdadero virtuosismo que crea un clima que nos inquieta y nos sobrecoge:

“Seré yo quien menos esfuerzo,
número/persona
quien uno-dos-tres
alguien menos
ninguno más.”

Leí con enorme placer el último poema de esta serie en el Grupo de Internet Muestrario que dirige Liliana Varela y, al hablar de los otros poemas, me resulta fácil inferir que este grupo tuvo algo o mucho que ver en la gestación de estos textos. Las personas a las que van dedicados, los acápites u otros signos remiten directamente a él. Lo notable del caso es que, sea como sea la manera en que se generaron, todos tienen una depurada contextura poética, una profunda visión de la realidad humana, un manejo virtuoso de las palabras que encajan unas con otras como por arte de magia.

El que se titula “Qué somos” es una muestra de poesía erótica que destila una sensualidad alta y digna, una pasión que no ofende ni aunque se desborde, unos pétalos. metáforas deliciosos:

”Qué son mis piernas, qué es mi boca, qué son tus manos” para terminar diciendo:

“Y nosotros qué somos.

Somos llaga errante en la búsqueda
del mí/tú/nos
en ojos que arrebolan el final
para latir
ya latir
                                 siempre latir

En la mayoría de los poemas, el tango se muestra como protagonista. Y aunque tango y nostalgia ya perfumaron rosas anteriores, ¡qué magnífico perfume arrabalero exhala esta última rosa!

Por ejemplo, en la serie “Morocho” lo lírico y lo coloquial se unen para dar un resultado exquisito:

“Morocho, no se pierda
el requiebre de la danza
que la rubia lo espera
para tanguear.”

 
Pero, la autora jamás se queda en el pintoresquismo, va más allá, al fondo como ya dijimos. Y en el fondo no siempre está lo dulce:

“Ay, Morocho es el destino
que nos une tan amargo.”

Aunque en el poema largo del principio haya dicho: “Estoy inerme en mí”, Elisabet mujer es la más solidaria, luchadora, amiga y positiva que conozco. Un ejemplo de rectitud y amplitud en todo momento. Y, qué alegría, saber que ella está conforme consigo misma.
En el poema “Me voy” dice:
“feliz de haber sido yo
siempre yo
la que me merecía

Y este libro merece ser leído, gozado en toda su extensión. Esta rosa no sólo es perfecta belleza que huele bien sino que no es efímera. Y toda la obra de Elisabet, no sólo no es efímera sino que es un rosal sin espinas. Pueden abrazarlo sin miedo. 

Jorge Luis Estrella