......................................................La escritora de Berazategui, Marga Mangione, nos presenta una serie de cuentos breves bajo un nombre sugestivo que los incluye con certeza: Historias… -De amores, desamores, y otras yerbas… -
Cada cuento produce una reacción diferente en el lector, la calidad y realismo –a veces ficticio, pero realismo al fin- se introduce en el lector, quien sigue afanosamente la trama argumental sin despegar la atención hasta el final.
Marga, como lo he dicho en otras ocasiones, domina el arte del cuento breve. Ella sabe que se centra en un hecho, real o ficticio, siempre apelando a la existencia del hombre, a su fibra íntima, a la idea anticipatoria del lector, rompiendo esta anticipación textual con desenlaces inesperados, diferentes a los que quien lee organiza en su interior. No por ello estos desenlaces defraudan, por el contrario ofrecen una salida de vida opcional que, en algunos casos como en “Vivir vale la pena…”, llama a la reflexión y restituye el valor primordial del amor al otro. En textos como este ejerce el poder de aliviar al lector y guiarlo en la recapacitación valorativa de los significados de la vida.
Tal como dice Irving Howe: "Los escritores que hacen cuentos breves tienen que ser especialmente audaces. Lo apuestan todo a un golpe de inventiva". La apuesta, tiene que ver con el lector -que apropiará el texto hasta el punto de llevarlo a su contexto y ubicarlo entre sus vivencias- Es por ello que este placer suele extenderse más allá de la lectura y la mera apropiación momentánea, perdura en el lector. Esta posibilidad, provoca cierta complicidad autor-lector que hace posible compartir y recrear, apostando a tantas versiones imaginarias como el lector sea capaz de crear. Y vaya si Marga lo consigue. Es que Marga no sólo presenta sus cuentos como posibles, va más allá, asiste a la esencia del hombre, de sus dolores, alegrías y frustraciones, al “lado oscuro del ser” y al “lado luz del mismo”, con total genialidad, interpelándolo, obligándolo de manera casi inconsciente al replanteo. La intertextualidad se hace presente, quien transite estas páginas armará su propia palabra, su propio camino y no dudará en aceptar el final propuesto por la autora como la solución más viable al conflicto que presenta.
Julio Cortázar: decía que: “En la novela se gana por puntos; en cambio en el cuento, se gana por knock out”, la autora de Historias… -De amores, desamores, y otras yerbas… - lo logra plenamente.
Ha sido un honor, para mí, leer estos cuentos y una gratificación encontrarme con el hecho cotidiano, la palabra cotidiana y la consistencia de la autora al momento de escribir. Marga es una escritora con audacia, insistencia y firmeza…
El libro queda con ustedes, no dudo que, al concluir su lectura, habrán visto reflejadas situaciones del propio entorno y que, recurrirán a él cada vez deseen gozar de la buena palabra escrita.
Cada cuento produce una reacción diferente en el lector, la calidad y realismo –a veces ficticio, pero realismo al fin- se introduce en el lector, quien sigue afanosamente la trama argumental sin despegar la atención hasta el final.
Marga, como lo he dicho en otras ocasiones, domina el arte del cuento breve. Ella sabe que se centra en un hecho, real o ficticio, siempre apelando a la existencia del hombre, a su fibra íntima, a la idea anticipatoria del lector, rompiendo esta anticipación textual con desenlaces inesperados, diferentes a los que quien lee organiza en su interior. No por ello estos desenlaces defraudan, por el contrario ofrecen una salida de vida opcional que, en algunos casos como en “Vivir vale la pena…”, llama a la reflexión y restituye el valor primordial del amor al otro. En textos como este ejerce el poder de aliviar al lector y guiarlo en la recapacitación valorativa de los significados de la vida.
Tal como dice Irving Howe: "Los escritores que hacen cuentos breves tienen que ser especialmente audaces. Lo apuestan todo a un golpe de inventiva". La apuesta, tiene que ver con el lector -que apropiará el texto hasta el punto de llevarlo a su contexto y ubicarlo entre sus vivencias- Es por ello que este placer suele extenderse más allá de la lectura y la mera apropiación momentánea, perdura en el lector. Esta posibilidad, provoca cierta complicidad autor-lector que hace posible compartir y recrear, apostando a tantas versiones imaginarias como el lector sea capaz de crear. Y vaya si Marga lo consigue. Es que Marga no sólo presenta sus cuentos como posibles, va más allá, asiste a la esencia del hombre, de sus dolores, alegrías y frustraciones, al “lado oscuro del ser” y al “lado luz del mismo”, con total genialidad, interpelándolo, obligándolo de manera casi inconsciente al replanteo. La intertextualidad se hace presente, quien transite estas páginas armará su propia palabra, su propio camino y no dudará en aceptar el final propuesto por la autora como la solución más viable al conflicto que presenta.
Julio Cortázar: decía que: “En la novela se gana por puntos; en cambio en el cuento, se gana por knock out”, la autora de Historias… -De amores, desamores, y otras yerbas… - lo logra plenamente.
Ha sido un honor, para mí, leer estos cuentos y una gratificación encontrarme con el hecho cotidiano, la palabra cotidiana y la consistencia de la autora al momento de escribir. Marga es una escritora con audacia, insistencia y firmeza…
El libro queda con ustedes, no dudo que, al concluir su lectura, habrán visto reflejadas situaciones del propio entorno y que, recurrirán a él cada vez deseen gozar de la buena palabra escrita.
Elisabet Cincotta
Escritora-poeta
Argentina
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